Diario. 4 junio de 2009

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Esta mañana el agua tenía sabor ocre, me refresqué con su frío, sentí bostezar mis poros, pinté con su transparencia el final de mis sueños, y de algunas pesadillas. Me vestí como de persona, primero la piel, pantalón, camiseta y vergüenza. Después el alimento matutino, café dulce, tostada salada.

Llaves, puerta, recorrer el camino de siempre, algunos árboles que saludar, mucho asfalto que pisar, coches y señales que respetar. Llegada a la estación de vías cruzadas, ticket permisivo de la zona B3 a la A. Puntual el tren como casi siempre a y 28. Durante el trayecto me acompañaron los poemas de Alejandra Pizarnik (de lo poco que AMO en esta vida).

El cielo hoy no decidía que color vestir, tenía un día neutro, sólo brillaba albino y regular (siempre me pareció increíble el influjo que tiene, pues muchas veces cuando se viste de sol ando mejor, de invierno pensativo, de otoño bucólico y así…) y en el correr del tren ni se inmutaba.

Atravesando el tercer túnel, tras la segunda parada sobre un puente, fugazmente la figura de una madre con el cochecito de su bebé, yo creía que lo iba a arrojar a las vías desde lo alto, ¿qué importaba? ella lo había decidido y el bebé no podía decidir.

Empezaba un nuevo día, quedaba la tarde y la noche…

Llegada al trabajo, retratos de desconocidos (trans-formados en desconocidas) para convertirlos en clones de revistas (es que en mi profesión soy esclavo del imperio de lo usual), una, dos, tres… fui amable y sugerentemente invitado a blancos talcos de extraños efectos que me daban picores de nariz y mientras tanto dolorosos e inútiles fantasmas del pasado me atacaban con mensajes.

Terminó la tarde con una enorme y bellísima brasileña mulata con un pene de 20 centímetros dándome su teléfono en un papel a escondidas.

No se si es el mundo que se volvió loco, o mi vida se aficionó al LSD sin que me diera cuenta.

Queda la noche, pero ya no me quedan letras.

Y me pica la nariz.

Comment (1)

acabo de recorrer tu día...intenso, muy intenso.
me quedo con muchas cosas, si no te importa.
espero que la noche te traiga respiro y pausa...y dulces sueños

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