Hace poco me preguntó un gran amigo porqué decidí dejar de hacer fotos (al menos durante un tiempo) visto que es/era una actividad que antes me llenaba, le respondí parcamente: “es que ya todo me parece una repetición”.
Ahora voy pensando en mi respuesta.
Ya hice fotos de los paisajes que me cautivaron, y cada puesta de sol, al final, era el mismo sol, ya hice fotos de preciosos bebés, y cada bebé en realidad era el mismo clic de mi cámara, ya hice fotos de varios cuerpos desnudos, y cada cuerpo es la misma piel en realidad, ya fotografié abstracciones, pero cada abstracción tenía el mismo fin al final, el de abstraerme con lo mismo, ya me retraté a mi mismo (cosa que me cuesta bastante), y fue un imposible, porque ni me despierta, ni me duerme el ego, es más, me genera tremendos conflictos, realicé fotos de conceptos, como la música o la danza, y cada nota, cada movimiento es una repetición del mismo, cambian las caras de los sujetos, pero ya a eso no le veo atractivos. Después llegaron las manipulaciones de las imágenes, poner texturas, subir o bajar la intensidad de los colores, convertir la vida a su radiografía: el blanco y negro, es decir, amoldar la realidad a mi gusto, y eso ya no me parece sincero ni conmigo mismo ni con el mundo. Hasta me resulta egoísta el mostrar el mundo como YO creo que es, después de todo ¿Por qué voy a querer imponer mi sistema o mi visión particular de las cosas a mi descendencia, amigos que queden cuando yo muera, el mundo en general, etc...? siento que es como privarlos de buscar SUS propias experiencias, por eso tampoco nunca me gustó demasiado estudiar fotografía, porque no quiero ser influenciado por los demás, de hecho, nunca estudié nada (y no es que esté diciendo que esté bien, sólo que así me ocurrió a mi).
Eso sí, yo me descubrí como mi mejor fan, me encanta repasar mis imágenes con calma, como mis textos, y me las disfruto, y me gustan, hasta que las expongo al mundo (en mi caso un microcosmos web llamado Flickr.com), últimamente estaba sucumbiendo demasiado a la aceptación de los demás, a querer enseñar mi vida en imágenes, a querer ser “visitado” por cuantos más mejor, ¿porqué? me pregunto ahora, si sólo el 0,5% de la gente que veía mis fotos, mi vida, me conocía realmente, y ese 0,5% son los UNICOS a los que me interesa mostrar mi vida, sólo a mis más cercanos y queridos deseo ahora compartirme. Mi ego estaba sufriendo, ahora con más calma pienso que caí en un juego muy peligroso y típico de hoy: querer ser aceptado, que es como decir, querer ser querido. Y me resultó muy triste pensar que necesitase de la aceptación y las buenas críticas de los demás, más viniendo de un minúsculo espacio en el mundo y la historia llamado flickr (que por cierto, su traducción al inglés es “parpadeo”, pienso ahora: una ínfima fracción de segundo, su propio nombre corrobora mi tesis)
Si yo necesitaba eso, o me gustaba simplemente, quiere decir, sin lugar a dudas, que el que no se aceptaba, el que no se quería era YO. Y para quererme o aceptarme no tengo ya porqué necesitar esas “visitas”, compartir mi vida con desconocidos, porque además creo FIRMEMENTE en la energía, y cada persona que vea mis fotos estoy convencido me hace llegar parte de su energía, y no son energías que yo quiera muchas veces. Pienso mucho en las mujeres que les encanta auto-retratarse, muchas de ellas desnudas, ¿Qué necesidad tienen?, no la tienen, tienen miedo, a la vejez, a no ser bellas, otra vez, a ser aceptadas.
Una breve historia al respecto:
Hace un par de años conocí a la que yo considero una de las mujeres más bellas de la tierra, juro que yo me quedaba sin palabras ante ella (no había mujer u hombre que no se girara a verla por la calle), claro que le hice fotos (jajjaja, estan en flickr!!), sus labios eran de película, recién levantada era “perfecta”, su pelo despeinado le quedaba bien, su cuerpo… un escándalo, sus ojos eran de un color trans-atlántico, imposible. Me contó que muchos fotógrafos, algunos de renombre, la paraban por la calle para ofrecerle sesiones, directores para que actúe, portadas en revistas, ella sabía que podría solucionar su vida y ganar (creedme) INGENTES cantidades de dinero con su imagen. Pero ella no quería, me contaba que sentía como su energía se iba de ella, que no necesitaba esa aceptación, de hecho, nunca se deja fotografiar, ni se gusta ni no, ella estaba más allá de todo este mundo de imagen, aceptación y miedos (ahora estudia literatura y arte en francia, saca matrículas de honor, tiene 20 años). Últimamente la recuerdo mucho, por eso, y yo quiero ser así, no digo “bello” (eso es un imposible, jajaja), sino:
“bastarme conmigo mismo sin necesidad de los demás”
Intento ahora reflexionar sobre el porque veo las fotografía así de repente, tras mucho darle vueltas al asunto, llegué a estas conclusiones, que no quieren ser categóricas/aleccionantes, ni mucho menos, es algo sumamente personal.
Si la realidad es mucho más múltiple de lo que vemos a simple vista, si lo que creemos que es un objeto físico, una realidad material es en verdad un espacio vacío (hace miles de años lo sabían en oriente, ahora lo sabemos gracias a la física cuántica en occidente)
es decir, si NO VEMOS LO QUE HAY ¿qué papel desempeña la fotografía?
1-Reproducción: ¿crear copias de momentos que aunque queden en un chip o un carrete son irrepetibles? Esto es muy curioso, porque al ver la foto de cuando nació tu hijo, o de cuando te recibiste en la carrera, un paisaje, o de ti mismo hace años, cualquier momento significativo, no se recordará nunca esa imagen cómo lo vivimos, porque aunque haya pasado un día, ya NO SEREMOS LOS MISMOS, ese recuerdo que nos sugiere esa imagen estará siempre distorsionado. Será pues un falso recuerdo, aunque lo veamos auténtico, por pura necesidad.
2-Imitación: pretender que una foto sea la imitación de la realidad, es como comparar un castillo de naipes con la ingeniería de un rascacielos. Si nuestro cerebro capta apenas un 10% de la información de lo que vemos (y esto está más que demostrado), al ver una foto, que es algo más pequeño y limitado (no en tamaño, digo en concepto) no estaremos ni acercándonos a ver una escena real.
No hay que olvidar nunca que es el cerebro el que mira, no los ojos
3-Memoria: desde las primeras sociedades tribales la imagen desempeñó un papel fundamental, se intentaba representar lo que no se entendía, la imagen tenía un carácter “mágico” de dominio y comprensión sobre la realidad, de hecho las primeras pinturas conservadas del ser humano, son representaciones de caza, se creía que dibujando un animal se atrapaba su espíritu. Después con el paso de los siglos la imagen se convirtió en un intento de soportar el miedo a la finitud de la vida, se pintaban y describían las gestas de los reyes, de los sacerdotes, de las guerras (por cierto que el 90% de lo que se conserva de antiguas culturas es de los que sometieron, no de los sometidos) y de los éxodos de los pueblos con el fin de conservar la memoria colectiva de una entidad. Todo esto, porque como aun el ser humano no llega a comprender la muerte (que no es en realidad nada diferente a la vida), la teme, el intento de perdurar en la memoria no es nada más que la idealización de esos miedos.
Supongo que todos son momentos personales, y en la actualidad, todo me aburre bastante, porque veo repeticiones por todos lados, no encuentro sentimientos que me sublimen (el primer amor, tus primeros cumpleaños, el primer beso, el primer viaje largo, etc…), todo me resulta no sólo copia de lo otro, sino que cada vez pierde más intensidad.
Y a parte de filosofías, hace poco leí un cuento de mi maestro Benedetti (el de los primeros libros) en el que describía una habitación. Y de verdad, me maravilló, porqué VI esa habitación mucho más clara y viva que en cualquier foto, porque me hizo PENSARLA, con la fotografía, la verdad, son pocos los maestros que hacen “reflexionar” con una imagen (son sobre todos japoneses), los demás son puro ocio.
Yo en lo personal quisiera volver a “pensar” la vida con más calma, a entender porqué hago fotos en realidad, que es lo que quiero conseguir.
Volveré, porque un placer es un placer. Y hacer fotos y retocarlas me encantaba. Pero hasta que no entienda esos porqués, todo me sabrá a repetición. Y no quiero necesitar más consensos ajenos. Creo que me gustaría en el futuro intentar captar más esencias, lo interno, sentimientos, sensaciones, no más cuerpos desnudos, autorretratos de miedo y ego.
Buscar un sentido, como ahora encuentro en la escritura, en lo concreto de la poesía.
De mí, para mí y por mí.
Y si a alguien le gusta, me alegraré mucho.
Si no, seguiré en calma, con mis fotos, mi poesía y mis reflexiones cáducas, que seguramente no las piense igual mañana.
Volveré a la imagen, a los cuerpos desnudos, a las puestas de sol, pero cuando vuelva sabré al final porqué.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Bueno, yo hago fotos para matar el rato y así convencerme que no tengo tiempo para escribir, (que es lo que sí se supone que hago bien)
No hay más vueltas, uno debe expresarse como le pide el cuerpo y sólo cuando se lo pide
M. Clover
Me alegra mucho verte por aqui Merche.
Yo sufro de esa frustración de no saber hacer nada bien en realidad, asi que voy probando, algun dia quizás descubra algo en lo que valga, mientras !a divertirse como uno pueda¡
conoces a Louise Bourgeois? a Paula Rego? si puedes, investigalas...a mi son dos artistas queme han cautivado...La primera utiliza el arte como terapia personal: da forma y vida a sus traumas para intervenir en ellos, los convierte en materia para poder ser dueña, puede destruirlos.
La segunda, no olvida sus orígenes y realiza unas críticas llenas de humor negro, de esencia humana...
no sé hasta que punto te puede ayudar, pero a mi, muchas veces, el conocer a gente que tenía una gran inspiración, me da fuerzas...
Morir escribí alguna vez es tan natural como la vida, sólo que es un proceso a la inversa... (Eso respecto a tu último comentario)
De tu proceso creativo, es sano parar, para como dices saber por qué se hace con más certezas, con más conocimiento de ti en últimas, porque las fotografías, como lo veo, si captan mucho de lo que somos, y de lo que no somos. A mí me van mejor las letras, y las imágenes son también modo de expresión; creo que todos caemos en el querer ser vistos por otros, en eso no estás solo, ¿qué ironía no?
Vuelve, para los que te vemos por más de cinco segundos, o un parpadeo. Un abracito junto a tres rayos de sol al amanecer. Tú amiga colombiana
Juana del Pilar. *JuanaP_351